"Los nuevos caminos se le abrían de muchas formas: en imágenes, en palabras, en un paseo, en un sueño, en una conversación, en una mirada, en la divagación, en el silencio, en la incertidumbre del futuro, en una discusión, en un abrazo, en el castigo a un inocente, en la oportunidad a un criminal, en un error corregido, en el accidente mortal, en la discapacidad evidente, en la debilidad, en el buen humor, pero, sobre todo, en la risa cantarina de los pequeños". Sobre Kocol.