"El radiante sol y el salitre cochenses agrietaron y sanaron muchas de las heridas de su pequeño cuerpo. Su concha relucía y había retomado un color vivo, fuerte. A pesar de la desazón, cerró sus ojos y vagó, como había aprendido a hacer, dentro de sí mismo y agradeció cada detalle de su entorno que le hacía sentir esa renovada existencia: Dios, el viento, el oleaje, la arena, la sal, los rayos del sol, la presencia de otros seres vivos, la esperanza… y así quedó rendido sobre la playa, agotado pero satisfecho de otro día vivido". Sobre Kocol.
Porque otro mundo es posible... "Estoy en los valles intentando recordar cada palabra, cada sonrisa, cada gesto cada mirada que me ayudó a aceptar cada una de las capas que me con-forma, cada sueño que llevo puesto. Estoy en las cimas intentando olvidar cada palabra, cada mueca, cada gesto cada mirada que me impidió avanzar cada comentario que me impidió asumir cada centímetro que llevo puesto . Y así divago, me debato, me ensimismo grito, sufro, callo, me encierro intento torpemente evadir tanto realismo soñando con el mundo que yo quiero ".
Comentarios